viernes, 28 de septiembre de 2012

Tercera sesión

I Jornada de preparación para Clubes de Ciencia y Divulgación Científica.

Tercera sesión: Impostación Vocal y Locución Radial.

El taller estará a cargo del comunicador Lic. Vladimir Peña Medina 




LA IMPOSTACIÓN DE LA VOZ.

Toda persona que haga uso profesional de la palabra, debe tener su voz impostada, es decir, colocada correctamente. Impostar es fijar la voz en las cuerdas vocales para emitir el sonido en su plenitud sin vacilación, ni temblor. Cuando no lo está, se habla con esfuerzo y se producen trastornos que el orador debe evitar. Hablar con la voz impostada es hablar sin esfuerzo, con naturalidad, aprovechando al máximo las condiciones fisiológicas del aparato de fonación.

La impostación de la voz consiste en apoyarla en la base de la caja toráxica, respirando de manera que descienda la tráquea, el aire salga con libertad y produzca los sonidos con amplitud y en su mejor calidad. Esto requiere una educación especial que suele estar a cargo de médicos foniatras, profesores de canto u otros especialistas. Sólo así conseguirá el orador colocar su voz en un tono natural para mantener la palabra, por mas tiempo sin fatigarse y matizarla con amplitud, en su grado óptimo.

IMPOSTACION VOCAL

La impostación vocal se utiliza tanto en el canto como en la oratoria, ella permite fijar la voz en las cuerdas vocales para emitir el sonido en su plenitud sin vacilación ni temblor. En la foto, Los tres tenores; Luciano Pavarotti (a la derecha), Plácido Domingo (a la izquierda) y José Carreras (en el centro). Encarta ® 2005.

El Dr. Loprete, a quien pertenece la mayoría de ideas vertidas en el presente capítulo, manifiesta que hay tres elementos determinantes de la voz humana: el organismo, el ambiente y la personalidad.

La parte orgánica condiciona la voz, pues esta depende en gran parte de la conformación del aparato vocal y del estado físico general. El ambiente tiene también su importancia, pues muchos hábitos elocutivos provienen de la imitación o del contagio, como por ejemplo, la típica tonada o acento regional. Por último, la personalidad también influye, pues revela indudablemente el temperamento, el carácter y el yo del hablante.

Impostar la voz es colocar nuestro timbre (matiz personal de la voz) de acuerdo a los requerimientos del auditorio. Nos permite adoptar nuestro propio timbre de voz y hablar sin fatiga durante un largo período. Es necesario conocer la amplitud de nuestra voz en tres niveles: agudo, medio y grave a través del siguiente método:

1. Realizar una profunda respiración abdominal.
2. Expresar el sonido de la vocal “a” de diferentes maneras posibles, sin apretar o forzar la garganta.
3. De esas emisiones, escoger la que resulte más fácil de expresar y la que es más vibrante.
4. Tome ese sonido como nota media y lea un escrito, tratando de que su voz gravite alrededor de esa nota.
5. Trate de evitar las desviaciones, que, a causa de su amplia escala, generan más riesgos.
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